Ha llegado la hora de la verdad. Es el momento de sobrevivir. O tú o yo. Ya no valen las palabras amables ni los gestos estéticos. Ya sobran las posturas de cara a la galería. Guardiola ya no puede seguir llevando el lirio en la mano ni recibir una bofetada y poner la otra mejilla. Se acabó.
Ha llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre. No se trata de caer en provocaciones ni hacer lamentaciones patéticas como las que ha hecho Mourinho durante todo el año pero si ha llegado la hora de denunciar la antideportividad blanca.
Guardiola debe poner el grito en el cielo. No puede ser que a este Madrid se le permita todo. Que haga la primera falta de la final de Copa y siete camisetas blancas rodeen a Undiano Mallenco para amedrentarle de buenas a primeras, como haría un equipo de regional. No puede ser que Messi no juegue tranquilo porque teme que le llueva algún patadón a la altura de la rodilla de un poseso llamado Pepe.
No puede ser que el “inocente” Arbeloa vaya pisando piernas y encima pida tarjeta para el pisado. No puede ser que Sergio Ramos reparta estopa a diestro y siniestro para luego poner cara de angelito. Es inadmisible que Xabi Alonso haga quince faltas seguidas.
Y no se puede permitir que Mourinho tenga atemorizados a los árbitros con constantes protestas y afirmaciones tan delirantes como quejarse por la expulsión de Albiol en el Bernabeu “porque esa jugada no fue nada” –llegó a decir el portugués.
Guardiola no puede callarse más ante la falta de respeto que tuvo Pepe con la afición del Barça haciendo 4 cortes de manga en la cara de los cules de Mestalla.
¿Nos hemos vuelto locos todos o qué?. ¿Tenemos que aceptar esa antideportividad como algo normal?.
Quizás, el presidente Sandro Rosell también debería decir alguna cosa pero dado que el club hace tiempo que ha delegado su voz y su imagen en el presidente “in pectore” del banquillo, Guardiola debería tener más mala hostia.
No se trata de “Mourinhizarse” y quejarse por todo sin motivo para encontrar excusas baratas como hace el portugués pero si de dar un golpe en la mesa para denunciar las malas maneras del club blanco dentro y fuera del terreno de juego. La prensa madrileña y madridista también le está faltando el respeto al entrenador del Barça y a este equipo que ganará de calle su tercera liga consecutiva jugando al fútbol. Este equipo ya ha demostrado que se pasa el canguelo y el villarato por el arco del triunfo. A Guardiola y a Rosell les falta más mala hostia. Pero al equipo también. No puede ser que con 0 a 1 en el Bernabeu y con un hombre más dejes al Madrid que se levante. Y no puedes regalar la primera parte en Mestalla por salir a jugar una final con una marcha menos que el rival. A estas alturas el cansancio ya no importa. Lo que hace falta es más mala hostia para demostrarle al eterno rival quién es mejor jugando al futbol.
martes, 26 de abril de 2011
martes, 12 de abril de 2011
EL ONCE DE LA ALEGRÍA
(Artículo en castellano para www.madrid-barcelona.com)
Anda el madridismo movilizado y convencido con el cambio de ciclo. Como últimamente, sus pronósticos se basan en ilusiones más que en argumentos o datos objetivos. Los números, en cambio, dicen otra cosa muy distinta. Asegura la “Brunete” que el equipo de Mourinho llega en mejor forma que el Barça al “rally” de clásicos. Se equivocan. Llega el Madrid mejor que cuando empezó la liga si le comparamos consigo mismo. Ahora bien, si le comparamos con el Barça la cosa cambia.
Y no aprenden. En la primera vuelta, la propaganda anunciaba que por fin había dado el equipo blanco con el antídoto azulgrana, que Mourinho era mucho mejor que Juande, Pellegrini y Schuster juntos, que Cristiano Ronaldo era más alto y más guapo que Messi. Que Ozil tenía más visión que Xavi. Proclamaron a Di María como el mejor extremo de la historia.
Era el once de la alegría. Pero mira por donde, el día que Real Madrid tenía que ganar en el Camp Nou salió marcado con una soberana tunda futbolística.
No hay mejor equipo por ahora que el Barça y cuando se le discute tal condición, en el momento en que más se cuestiona su jerarquía, el rival corre el riesgo de ser ridiculizado.
Le pasó al famoso once de la alegría del Madrid, que cargó con un saco de goles.
La derrota ante el Sporting les hizo bajar al suelo de golpe pero la goleada en San Mamés ya les ha vuelto a instalar en las nubes de la prepotencia. Un partido les basta para decir que van a ganar el trébol y la décima como se publicó después de golear al Tottenham. Si, han mejorado pero no se han fijado en este Barça que va como un tiro.
Lleva 4 puntos más que la temporada pasada a estas alturas y ha marcado 8 goles más que el año pasado. En cambio, el Madrid de Mourinho lleva 1 punto menos que el de Pelegrini.
Pero hay más. La primera temporada de Guardiola, el Barça llegó al Bernabéu con 4 puntos de distancia. El segundo año se plantó con una ventaja de 2 y éste año llega con más 8 .
Sólo un dato más. En los últimos 5 clásicos (qué casualidad que me haya fijado en los últimos 5 y no en 4 o en 6), el Barça ha ganado los 5 marcando 16 goles a favor y encajando sólo 2.
En fin, que el once de la alegría se vaya con cuidado porque puede ser que el Barça vuelva a bajarle del cielo donde le ha puesto su entorno con otro manotazo.
Anda el madridismo movilizado y convencido con el cambio de ciclo. Como últimamente, sus pronósticos se basan en ilusiones más que en argumentos o datos objetivos. Los números, en cambio, dicen otra cosa muy distinta. Asegura la “Brunete” que el equipo de Mourinho llega en mejor forma que el Barça al “rally” de clásicos. Se equivocan. Llega el Madrid mejor que cuando empezó la liga si le comparamos consigo mismo. Ahora bien, si le comparamos con el Barça la cosa cambia.
Y no aprenden. En la primera vuelta, la propaganda anunciaba que por fin había dado el equipo blanco con el antídoto azulgrana, que Mourinho era mucho mejor que Juande, Pellegrini y Schuster juntos, que Cristiano Ronaldo era más alto y más guapo que Messi. Que Ozil tenía más visión que Xavi. Proclamaron a Di María como el mejor extremo de la historia.
Era el once de la alegría. Pero mira por donde, el día que Real Madrid tenía que ganar en el Camp Nou salió marcado con una soberana tunda futbolística.
No hay mejor equipo por ahora que el Barça y cuando se le discute tal condición, en el momento en que más se cuestiona su jerarquía, el rival corre el riesgo de ser ridiculizado.
Le pasó al famoso once de la alegría del Madrid, que cargó con un saco de goles.
La derrota ante el Sporting les hizo bajar al suelo de golpe pero la goleada en San Mamés ya les ha vuelto a instalar en las nubes de la prepotencia. Un partido les basta para decir que van a ganar el trébol y la décima como se publicó después de golear al Tottenham. Si, han mejorado pero no se han fijado en este Barça que va como un tiro.
Lleva 4 puntos más que la temporada pasada a estas alturas y ha marcado 8 goles más que el año pasado. En cambio, el Madrid de Mourinho lleva 1 punto menos que el de Pelegrini.
Pero hay más. La primera temporada de Guardiola, el Barça llegó al Bernabéu con 4 puntos de distancia. El segundo año se plantó con una ventaja de 2 y éste año llega con más 8 .
Sólo un dato más. En los últimos 5 clásicos (qué casualidad que me haya fijado en los últimos 5 y no en 4 o en 6), el Barça ha ganado los 5 marcando 16 goles a favor y encajando sólo 2.
En fin, que el once de la alegría se vaya con cuidado porque puede ser que el Barça vuelva a bajarle del cielo donde le ha puesto su entorno con otro manotazo.
martes, 5 de abril de 2011
PERQUÈ EL REIAL MADRID ES JUGA MOLT MÉS QUE EL BARÇA?
Barça i Madrid tenen dos exàmens davant Shaktar i Tottenham, respectivament. Pels clubs grans, el balanç de la temporada depèn molt del paper que facin a la Champions League. I més quan un d’ells arriba més lluny que l’altra. Són el vasos comunicants que sempre existeixen entre Barça i Madrid.
I aquest cop encara més, perquè si no fallen se les veuran en les semifinals. Si algun dels dos hi és i l’altra no, la ferida serà encara més sagnant pel que caigui. Diguem-ho clar, aquí el que té tota la pressió del món és el reial Madrid.
Les famoses urgències històriques de Menotti son ara madridistes i son com una llosa que els projectes esportius merengues van carregant des de fa 7 anys.
Amb la lliga pràcticament perduda, l’equip de Mourinho s’ho juga tot a una carta. La de la champions. Perquè no ens enganyem, la copa del Rei està molt bé, sobre tot per qui la guanya, però no deixa de ser una copa menor pels grans.
I si precisament Florentino va gastar-se 10 milions d’euros per pagar la clàusula del portuguès i arrabassar-li Mourinho a l’Inter va ser precisament per aquesta mena de partits. Per a que superés aquest tipus d’eliminatòria. No només el Madrid es juga molt, també és una situació límit per Mourinho i el seu projecte que encara està per definir. Si els resultat l’acompanyen, el madridisme seguirà rient-li les gràcies i donarà per bones totes les polèmiques. En canvi, si queda eliminat prematurament, en el Bernabeu s’ho tornaran a qüestionar tot. Si el difícil caràcter de l’entrenador va o no va amb la imatge del club, si aquest estil de joc és o no avorrit o si la política de fitxatges ha estat equivocada i s’ha d’optar pels Zidanes i pavones, pel producte nacional com Canales o Pedro León, o per donar més opcions al planter. Fa temps que ho diem. El Reial Madrid no té res definit. Depèn, ara més que mai, del resultat.
En canvi, pel Barça caure amb el Shaktar seria un pal, no podem negar-ho. Però si quedés eliminat ningú posaria en dubte que Guardiola segueix sent l’entrenador ideal pel Barça, que l’estil de joc és inqüestionable i que aquest equip segueix tenint recorregut.
Per tot això, El Madrid i Mourinho arriben més pressionats i es juguen molt més que una classificació. El marcador dictarà sentència.
I aquest cop encara més, perquè si no fallen se les veuran en les semifinals. Si algun dels dos hi és i l’altra no, la ferida serà encara més sagnant pel que caigui. Diguem-ho clar, aquí el que té tota la pressió del món és el reial Madrid.
Les famoses urgències històriques de Menotti son ara madridistes i son com una llosa que els projectes esportius merengues van carregant des de fa 7 anys.
Amb la lliga pràcticament perduda, l’equip de Mourinho s’ho juga tot a una carta. La de la champions. Perquè no ens enganyem, la copa del Rei està molt bé, sobre tot per qui la guanya, però no deixa de ser una copa menor pels grans.
I si precisament Florentino va gastar-se 10 milions d’euros per pagar la clàusula del portuguès i arrabassar-li Mourinho a l’Inter va ser precisament per aquesta mena de partits. Per a que superés aquest tipus d’eliminatòria. No només el Madrid es juga molt, també és una situació límit per Mourinho i el seu projecte que encara està per definir. Si els resultat l’acompanyen, el madridisme seguirà rient-li les gràcies i donarà per bones totes les polèmiques. En canvi, si queda eliminat prematurament, en el Bernabeu s’ho tornaran a qüestionar tot. Si el difícil caràcter de l’entrenador va o no va amb la imatge del club, si aquest estil de joc és o no avorrit o si la política de fitxatges ha estat equivocada i s’ha d’optar pels Zidanes i pavones, pel producte nacional com Canales o Pedro León, o per donar més opcions al planter. Fa temps que ho diem. El Reial Madrid no té res definit. Depèn, ara més que mai, del resultat.
En canvi, pel Barça caure amb el Shaktar seria un pal, no podem negar-ho. Però si quedés eliminat ningú posaria en dubte que Guardiola segueix sent l’entrenador ideal pel Barça, que l’estil de joc és inqüestionable i que aquest equip segueix tenint recorregut.
Per tot això, El Madrid i Mourinho arriben més pressionats i es juguen molt més que una classificació. El marcador dictarà sentència.
lunes, 4 de abril de 2011
Una de Mourinho, Rosell i Guardiola
La lliga ja ha quedat pràcticament sentenciada. El Reial Madrid de Mourinho no ha pogut seguir la velocitat de creuer que ha imposat el Barça en el campionat de la regularitat. Les carències de la plantilla blanca han acabat per despullar el projecte de Mourinho.
Desprès de llençar la casa per la finestra per portar al tècnic portuguès i gastar-se més de 90 milions d’euros en fitxatges, resulta que l’equip blanc depèn d’un sol jugador Xabi Alonso. No hi ha cap altre futbolista amb el seu perfil a la plantilla merengue i, clar, quan ell no juga el Madrid es converteix en un equip vulgar sense director.
El que passa a la casa blanca és increïble. Elogien a Mourinho per haver felicitat als jugadors de l’sporting quan resulta que abans de començar el partit, el portuguès no va dignar-se a saludar a Manolo Preciado que va prendre’s la revenja com fan els grans. Amb fets i no només amb paraules.
És tal el conformisme de l’entorn blanc que els hi sembla normal que Mourinho digui que un empat a zero contra el Totenham al Bernabéu ja seria un bon resultat. És aquest un discurs digne d’un gran, com se suposa que és el Madrid?
Per cert, que mentre els directius del Barça es queden 10 entrades per compromisos personals, els directius del Madrid se’n queden 50. I ningú diu res. Definitivament, som molt diferents.
A can Barça, l’equip de Guardiola va fer una exhibició de pragmàtic al Madrigal. Va jugar com ho fan els grans. Dominant el partit i esperant a que madurés per etzibar el cop definitiu al rival. I les absències de Xavi, Pedro, Messi i Abidal en l’onze titular encara fan més meritòria la victòria contra el tercer classificat.
El cap de setmana també ens ha deixat “el mea culpa” entonat per Sandro Rosell i les corresponents disculpes per haver pronosticat un 5 a 0 que va sonar a prepotència. El reconeixement de l’errada i l’acte de contrició del president Rosell l’honora. Un altre es va abaixar els pantalons a un aeroport i encara es reia les seves pròpies gràcies.
I la última. Això és informació, no opinió.
Ens consta que a Sandro Rosell i als directius del Barça no els va agradar que Guardiola reprovés al president en la roda de premsa de divendres enlloc de treure-li ferro a l’assumpte. I més quan va ser el propi Rosell el que va trucar a Guardiola dijous a la tarda per explicar-li que ho va fer amb una intenció solidària.
I es que l’ascendència de Pep Guardiola és tant gran que, a vegades, es creu que està, fins i tot, per damunt del president.
Desprès de llençar la casa per la finestra per portar al tècnic portuguès i gastar-se més de 90 milions d’euros en fitxatges, resulta que l’equip blanc depèn d’un sol jugador Xabi Alonso. No hi ha cap altre futbolista amb el seu perfil a la plantilla merengue i, clar, quan ell no juga el Madrid es converteix en un equip vulgar sense director.
El que passa a la casa blanca és increïble. Elogien a Mourinho per haver felicitat als jugadors de l’sporting quan resulta que abans de començar el partit, el portuguès no va dignar-se a saludar a Manolo Preciado que va prendre’s la revenja com fan els grans. Amb fets i no només amb paraules.
És tal el conformisme de l’entorn blanc que els hi sembla normal que Mourinho digui que un empat a zero contra el Totenham al Bernabéu ja seria un bon resultat. És aquest un discurs digne d’un gran, com se suposa que és el Madrid?
Per cert, que mentre els directius del Barça es queden 10 entrades per compromisos personals, els directius del Madrid se’n queden 50. I ningú diu res. Definitivament, som molt diferents.
A can Barça, l’equip de Guardiola va fer una exhibició de pragmàtic al Madrigal. Va jugar com ho fan els grans. Dominant el partit i esperant a que madurés per etzibar el cop definitiu al rival. I les absències de Xavi, Pedro, Messi i Abidal en l’onze titular encara fan més meritòria la victòria contra el tercer classificat.
El cap de setmana també ens ha deixat “el mea culpa” entonat per Sandro Rosell i les corresponents disculpes per haver pronosticat un 5 a 0 que va sonar a prepotència. El reconeixement de l’errada i l’acte de contrició del president Rosell l’honora. Un altre es va abaixar els pantalons a un aeroport i encara es reia les seves pròpies gràcies.
I la última. Això és informació, no opinió.
Ens consta que a Sandro Rosell i als directius del Barça no els va agradar que Guardiola reprovés al president en la roda de premsa de divendres enlloc de treure-li ferro a l’assumpte. I més quan va ser el propi Rosell el que va trucar a Guardiola dijous a la tarda per explicar-li que ho va fer amb una intenció solidària.
I es que l’ascendència de Pep Guardiola és tant gran que, a vegades, es creu que està, fins i tot, per damunt del president.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)