El periodismo de “bufanda” está muy extendido en la prensa deportiva. Tanto la catalana como la madrileña nos hemos erigido en aparatos propagandísticos a favor de “nuestra” causa. Este proselitismo encaja perfectamente en el mundo del fútbol en el que, a menudo, el corazón del aficionado puede más que la razón.
Los entrenadores ya no dan entrevistas, los jugadores no pasan del tópico y los presidentes están refugiados tras sus asesores. A falta de contenidos, la “guerra del puente aéreo” se hace muy interesante. El periodismo deportivo contemporáneo se fundamenta en el cruce de opiniones y en el ataque sistemático hacia el rival. Personalmente, esta metodología me aburre. Prefiero un periodismo inclinado, si, pero más neutral. Este fanatismo llevado al extremo hace que algunos medios caigan en la ridiculez.
El FC Barcelona está vivo en las tres competiciones que ha encabezado de principio a fin, juega un fútbol de otro planeta y va camino de completar otra temporada gloriosa. Y después de batir todos los récords positivos, de conseguir 16 victorias consecutivas en liga, a este equipo se le ocurre empatar en Gijón y encajar una derrota reversible en Champions ante un rival de entidad. Eso ha sido suficiente para que algunos medios de Madrid se atrevan a preguntar a su audiencia ¿está el Barça en crisis?. Una cosa es abrir debates y otra muy diferente es preguntar tonterías sobre situaciones que no han sucedido. Cuando preguntas sobre una noticia que no se ha producido estás manipulando. Su Señoría diría aquello tan cinematográfico del “no siga abogado, pregunta improcedente”.
Ese tipo de actuaciones restan rigurosidad y credibilidad al periodismo deportivo que empieza a rallar el sensacionalismo barato. La cosa está degenerando mucho.
El “salsa rosa” ha llegado al fútbol y también se hace desde Madrid.
(Artículo publicado en www.madrid-barcelona.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario